mayo 16, 2011

J.C.

Reconozco tu mirada tan distante, tan callada. La he visto desde la infancia y aun recuerdo cada una de tus palabras que tan suavemente pronunciabas junto a mi, al lado de mi almohada, repitiendo una oración para que yo me calmara. El miedo se alejaba y así, en tus brazos me quedaba durmiendo, abrazada al único ser que me protege en todo momento, que me guía y me cuida, no me abandona en mi desespero, me tranquiliza el alma y me promete un mundo nuevo. Yo te creo.

Por ti sé lo que es el amor verdadero. Me has llevado de la mano en mis sueños y conozco el infinito amor del cielo y me haces entender que se acerca el momento, ese día en el que todo cambiará, el instante que espero desde que nací y sé que tu estarás junto a mi.

Mi alma gemela, mi otra mitad. Te fuiste al cielo sin siquiera esperar. Te conozco porque eres mi luz, mi ángel guardián. Yo daría mi vida por verte andar, pero sé que tu anticipada partida fue tan sólo por una razón, el amor en tu alma hacia mi, hacia los demás.

A ti, Juan Carlos Álvarez Miranda.. te he llorado desde antes de nacer.. sé que al final de mi camino te encontraré, sonriendo, esperando, con los brazos abiertos. Mientras, yo te espero como cada noche, cuando me acuesto.

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